El Templo de los Franciscanos de Milagro
No obstante, el 17 de septiembre de 1944 se bendijo la
primera piedra con la presencia del obispo Monseñor José Félix Heredia, el
provincial de los franciscanos Fray Serafín Lúnter y el 23 de abril de 1945,
siendo párroco Fray Ignacio de Jesús Zambrano se inició la construcción.
En el proyecto original del plano para la construcción de
dicha obra, elaborado por el constructor Ing. Luis Fratta, constaban dos torres
tipo catedral, que por lo oneroso de su precio excedía el presupuesto destinado para su ejecución,
por lo que hubo de modificar el diseño original por el que actualmente
conocemos.
La construcción de este singular proyecto arquitectónico
tendrá el apoyo decidido de prestantes ciudadanos y ciudadanas que, a través de
donativos, colectas públicas, limosnas, rifas, cuotas, alcancías y otras
actividades sociales fueron incrementando los recursos necesarios para la
ejecución de tan ambiciosa y anhelada obra.
En medio del entusiasmo y el fervor religioso de los feligreses
por contar por primera vez con un Templo que brinde las mejores comodidades a
los devotos de la fe católica, una trágica noticia sorprende a los habitantes
de Milagro el 26 de agosto de 1948 con el fallecimiento de su principal
promotora, doña Clemencia Vega Rodrigo de Torres, quien había dedicado todos
sus esfuerzos y energías para hacer realidad tan noble proyecto.
A su fallecimiento surgirán diferencias de criterios y
falta de unidad entre quienes asumieron la dirección del Comité dejado por su
antecesora, que conllevó a la paralización temporal de los trabajos ya
comenzados.
Sin embargo, para 1949 la voluntad férrea para que no se
detenga la construcción, hace que su esposo don Antonio Torres Rodrigo, haga
una primera donación de 50 mil sucres en memoria de su esposa y otros 50 mil, a
través de contribuciones que los clientes de la piladora La Libertad de su
propiedad hacían por medio de alcancías, siendo esto un gesto altruista y de
enorme apoyo que garantizaban la continuidad de tan encomiable propósito.
Años más tarde se constituyó un nuevo Comité Pro-Construcción,
habiendo pasado inactiva y paralizada la obra, ya que únicamente fue construida
la primera planta de la estructura y en 1955 se inician la construcción del
convento
Pero no fue sino hasta 1960 en que se conforma otro Comité
que lo presidió el doctor Federico Bolaños Moreira, el cual continúa cuatro
años más tarde con el avance de la obra que finalmente es culminada e
inaugurada en septiembre de 1970 con la colocación del tumbado y de cuatro
relojes que la adornan en su vértice superior.
El día de su inauguración se develizaron dos placas de
mármol ubicadas a cada extremo de la entrada principal, la primera en honor a
doña Clemencia Vega Rodrigo de Torres, ya que sin su entrega y perseverancia no
hubiera sido posible el inicio de esta gran obra y la segunda dedicada a su
esposo Don Antonio Torres Rodrigo que sin su contribución no habría sido
posible finalizar su construcción.
Según refiere su hijo Pedro Torres, doña Clemencia no
gustaba de las reuniones sociales, sino por el contrario fue una mujer de
profunda convicción cristiana, que encontró en la ayuda solidaria la expresión
más genuina de servir a Dios y se entregó por completo al servicio de la
Iglesia.
Asegura también que fue buena madre, esposa y hermana que
ayudó a sus hermanos Julio y Plácido cuando éstos llegaron desde Daule a
instalar sus negocios.
Don Pedro, recuerda a su madre como una mujer de espíritu
empresarial y de arraigadas virtudes solidarias, constituyéndose en el motor
que impulsaba a su esposo en todas las iniciativas que emprendía, ya que
considera que era el equilibrio entre su padre y ella, pues su progenitor
combinaba sus actividades laborales con la política y los eventos sociales,
llegando a ser Senador Funcional por la Agricultura, Concejal, Presidente del
Concejo Cantonal, Jefe Civil y Militar de Milagro, así como miembro de
importantes instituciones sociales del cantón.
“Mi madre
administraba una tienda de abarrotes que existía en la piladora, además se
dedicó a la porcicultura, cuya carne y manteca la comercializaba entre sus
clientes y el producto de la venta lo destinaba a la ayuda social. Siempre
estuvo pendiente de los negocios de mi padre a quien lo apoyaba en todo lo que
él emprendía.
Era una mujer de
extraordinarias virtudes y por su extraordinaria vocación de servicio estaba
presta a ayudar a quienes la necesitasen”.
La piladora La Libertad de propiedad de don Antonio Torres, comenzó a contribuir por el impuesto al polvillo la cantidad de 2.337 sucres, desde agosto de 1943, hasta llegar a la cantidad de 15.205 sucres desde noviembre de 1945 hasta agosto de 1952, mensualmente, que en muchas ocasiones superaban esa cantidad y sólo el señor Torres, colaboró desde febrero de 1949 a agosto de 1952 con la cantidad mensual de 50.000 sucres.
En 1943, la revista Ecuador Franciscano, Pág.373, publica un artículo del Dr. Ernesto Albuja Aspiazu; y, en carta del Padre Párroco Fray Ignacio Zambrano, dirigida el 11 de diciembre de 1950 al señor obispo de Guayaquil, Mons. Heredia y por testimonio de personas mayores, le relata cómo previamente el templo estuvo dedicado a San Francisco de Asís que en el incendio de 1909 fue consumido por el fuego, según los documentos que constan en los archivos de la Curia, alguien donó la imagen de San Francisco de Paula; de ahí data ese origen que lo mantuvo como patrono.
El 14 de febrero de 1951, el ilustre Concejo Cantonal de Milagro, bajo la presidencia del Ing. Edmundo Valdez Murillo, confiere el permiso para instalar la luz y agua en la casa parroquial que se encontraba en construcción.
Cronología:
1822 se construye la primera capilla.
1875 construcción de la segunda capilla.
1909 un incendio destruye el Templo Parroquial.
1918 reconstrucción del Templo.
1931 El Obispo de Guayaquil, Mons. Carlos María de La
Torre, pide al Provincial Fr. Francisco María Alberdi para que los Franciscanos
se hicieran cargo de la parroquia eclesiástica de Milagro con todos sus anexos.
12 de julio de 1932 se crea por Decreto la Congregación de
Religiosos San Francisco de Asís en Milagro, siendo primer Párroco el padre
Leonardo María Jaime.
9 de noviembre de 1934 el Padre Luis Tapia obtiene del
Concejo Cantonal permiso para la construcción de un edificio para convento de
los Franciscanos.
13 de marzo de 1935 se aprueban los planos y el costo del
edificio (6.000 sucres).
1942, Conformación del primer Comité de Damas Pro-Construcción
del Templo San Francisco de Asís.
14 de abril de 1944 se resuelve emprender la construcción
del nuevo Templo de hormigón armado.
17 de septiembre de 1944 Bendición de la primera piedra
para la construcción del Templo.
23 de abril de 1945 inicio de la construcción.
17 de septiembre de 1949 Colocación de dos placas, en reconocimiento a don Antonio Torres Rodrigo y su esposa doña Clemencia Vega de Torres.
1955 se inicia la construcción del convento.
1960 Constitución del segundo Comité presidido por el doctor
Federico Bolaños Moreira.
Víctor Hugo Vicuña Piedra
*Nota: Los datos fueron tomados del Tomo 3 de balances económicos, oficios, exhortaciones pastorales, facturas y recibos: 1910-1958.
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