viernes, 23 de septiembre de 2016

Milagro
1960-1969
 En el umbral de un nuevo amanecer

Toma aérea de Milagro en el año de 1964

Invasión de los terrenos de la Hacienda Rosa María.
AL fondo se observa el antiguo edificio de LEA
  
Atrás habían quedado cuatro décadas de logros importantes para el cantón.
Milagro entraba en una etapa adulta de su vida política que exigía nuevas transformaciones sociales y un mayor crecimiento de su territorio, que por entonces gran parte del sur y norte pertenecía al Ingenio Valdez, pues su cabecera cantonal se extendía desde Ernesto Seminario hasta la Compañía Agrícola San Miguel y del río Milagro hacia la calle Calderón. Hasta allí llegaba Milagro al comenzar 1960.

Por esos años la situación en la ciudad se encontraba en su momento más crítico, agitada por las pugnas entre el Ingenio Valdez y la dirigencia política que llegaban a confrontaciones graves, ya que Valdez era propietario de casi todo Milagro y en ese sentido no cedía posiciones.

Y es así como en la madrugada del 20 de agosto de 1960 se produce la invasión a los terrenos de la hacienda Rosa María, que el 7 de mayo de 1928 habían sido declarados expropiados mediante Decreto Supremo No. 48.
Bajo esas circunstancias asume la Presidencia del Concejo, Vicente Concha Píngel y en una dura lucha junto a las instituciones del cantón consiguió la extensión de límites de Milagro, logrando de esta manera que la Municipalidad obtenga mejores ingresos por concepto de predios urbanos.
Concha que hasta ese momento había sido empleado del Ingenio Valdez, dio por aprobada la expropiación de los terrenos; y, como era lógico de suponerse esa decisión, conllevó a que pierda su trabajo por algunos meses.
Por esta fecha el Servicio Social del Ministerio de Previsión Social, (hoy Bienestar Social) y de la Caja de Reconstrucción y Rehabilitación, intervino activa y eficientemente en la nominación de las personas, que merecían ser atendidas con los beneficios de la expropiación.
Pero el problema, lejos de estar terminado con las antes citadas disposiciones, se había hecho mayor con el tiempo, pues el número de personas propietarias de solares había crecido en forma considerable y los dueños de los mismos, no queriendo tratar con muchos, se dirigieron a la Municipalidad pidiendo que represente a todos los posesionarios para tratar el problema en igualdad de condiciones.
Posteriormente, el 10 de enero de 1963, el Cabildo consiguió que el Gobierno de Carlos Julio Arosemena Monroy, mediante Decreto Ejecutivo, encargue a la comuna milagreña, la adquisición, urbanización y venta de todos los terrenos expropiados en 1928, como en efecto se lo hizo mediante escritura pública efectuada en Guayaquil el 28 de diciembre de 1963 con los personeros de la Compañía Azucarera Valdez S.A. ante el notario público de ese cantón, Jorge Jara Grau.
En aquella memorable ocasión, Valdez transfirió a la Municipalidad de Milagro sus terrenos expropiados ubicados en la hacienda Rosa María (zona urbana, suburbana y de reserva) y los del histórico sector denominado Chirijo o Potrero López, en un precio de S/. 1´307.670, 75 que fue el valor estimado para la venta.
La fiebre por las invasiones continuará en 1966, esta vez en la zona norte de Milagro en extensos terrenos de propiedad del Banco Ecuatoriano de la Vivienda y Seguro Social, que luego dieron paso a la formación de nuevas ciudadelas que aún conservan esos nombres.
Esto obligó al Ayuntamiento adquirir dichos solares y en 1973 el Gobierno de Rodríguez Lara dicta el Decreto en que se otorga un plazo improrrogable de seis meses a los posesionarios para legalizar sus transferencias de dominio, teniendo los contratos correspondientes un recargo de 10 sucres por cada metro cuadrado.
Los terrenos a que hace mención el Decreto antes señalado, corresponden a los sectores de Rosa María, San Francisco, Chirijo, Zona Antigua, y María Mercedes.

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